Esta no es una
nueva entrada en mi blog, no. Es una
invitación. Permítanme explicarme.
A raíz del Picnic
en la Terraza, mucha gente me escribió diciendo que les había gustado la
entrada. Todos saben que debido a los
eventos de estos últimos meses, he estado “reponiéndome”, reinventándome,
reencontrándome para poder seguir adelante.
Pues, resulta que
uno de estos días estaba escuchando radio y estaban hablando de lo difícil y
dura que se ha puesto la vida en mi bellísimo país y pensé: “Los venezolanos
estamos de duelo. Un duelo tan duro y
difícil como el mío”. Después de todo,
hemos perdido a nuestro país, el de los paisajes alucinantes con su estallido
de color que asalta nuestra vista a cada paso; el del zaperoco de guacamayas
que surcan el cielo tempranito en la mañana y de vuelta al atardecer; el de
aromas a hallacas cocinándose o a café recién colado.
Como mis “juegos”
me han ayudado a recuperarme, los invito a jugar conmigo. ¿En qué consiste el juego? Muy fácil, un día, cualquier día, digan: “hoy
voy a jugar como si nada importara en la vida, como cuando era chamo”. Sí, yo sé: “No tengo tiempo”, “No tengo ganas”,
“No tengo real”. Cuando éramos chiquitos
ninguna de esas excusas era válida, ¿verdad?
Entonces, ¡dale! ¡Vamos a jugar!
Imagínate que ese
pan duro que tienes en la nevera se convierta en unas deliciosas tostadas
francesas. Sírvelas en un plato lindo y
cómetelas en el balcón o en el jardín o en un mantel en mitad de la sala. Confieso que esta idea no es mía, sino de mi
amiga Pilín que se inspiró con mi entrada de la Pizza en el jardín. También puedes rescatar a tu Súperman
interior e imaginar que tienes súper mirada.
Camina por ahí imaginando que puedes ver a la gente sin ropa o
algo. ¡Te garantizo que te vas
a reír como loco! O maquíllate como si
fueras una cantante de Rock y agarra el cepillo y canta a todo pulmón una
canción. Imagina que tu carro es un Fórmula Uno y haz
todos los ruidos pertinentes de aceleración y freno, como cuando eras chamo. Juega solo, no vaya a ser que te tilden de loco.
La idea es
rescatar al niño interior. Cualquier juego
es válido. Lo único que les pido es que
compartan conmigo cómo se sintieron para reírme y así alimentar mi niña
interior. Me pueden contar vía Twitter o
Instagram a @jazzdancer1.
¡Vamos a jugar!