Todo empezó con absoluta normalidad. Con esa calma que precede las peores
tormentas y que te deja completamente desprevenido de lo que se te viene
encima.
Ese lunes 2 de mayo regresaba apurada del Jazz
a terminar el almuerzo para sentarme a traducir un texto para un gran amigo
tuitero. Me interesaba salir cuanto
antes del almuerzo y ponerme a trabajar para cumplirle en tiempo récord en
agradecimiento por su confianza.
Entré como una tromba, prendí la cocina, el
horno y la arrocera sin siquiera haber soltado el morral con mis zapatos, mat,
música, etc. Con la misma, saqué a
Toffee al jardín para servirle su almuerzo.
Regresé a la cocina para asegurarme que las cosas de la cocina no se
estuvieran quemando, pero la cocina estaba muerta! El radio estaba en silencio; me tomó unos
cuantos segundos entender que se había ido la luz. Desconecté frenéticamente todo, ya que en una
oscurana anterior, la corriente al volver me quemó 2 radios, un módem y un
breaker. Ya el sábado 30 de abril había
habido dos mini-cortes de cerca de 30 minutos cada uno por lo que luego de
tuitear que estaba #sinluz en Altamira me senté a esperar pacientemente. El celular amablemente me indicó que no tenía
señal wifi, lo desactivé y la señal pasaba de 4G a E y vuelta a 4G, 3g, 3G, E en
cuestión de segundos por lo que pensé que Guri había colapsado finalmente.
Pasaron los minutos, las horas y los DÍAS para
terminar estando sin luz aproximadamente 106 (ciento seis) horas, es decir más
de 4 días completos desde el lunes 02 a la 1 pm hasta quién sabe qué hora de la
madrugada de hoy 07 de mayo. Les
confieso que para una persona hiperconectada y totalmente 2.0 como yo, esta es
una de las peores pruebas que me ha tocado vivir.
En mi casa TODO es eléctrico: la cocina, la
bomba hidroneumática, etc. De modo que
a la falta de luz se sumó rápidamente la falta de agua, ya que al agotarse el
agua abajo, arriba no quedaba sino un ruidito como un gorgojeo del aire pasando
por la tubería. Arrancó entonces la
operación ToboCapital: del único chorro del jardín con agua directa de la calle
llenamos los 2 tobos que tenemos (uno tiene una fuga de agua, por cierto) y 4
botellas de Coca-Cola Light vacías.
Busqué las velas, las preparé para que estuvieran listas en caso de que
todavía en la noche no tuviéramos luz...
Por supuesto el celular se chupó la batería en nada de tiempo, puesto
que él, viniendo del primer mundo, no está acostumbrado a esa inestabilidad de
señal.
Alfonso pasó toda esa primera noche dándole al
switche de la luz, pero nada. Amanecimos
el martes, todavía con la esperanza de que en cualquier momento volviera la
luz, pero no. La noche del martes
conectamos la manguera al chorro del jardín y valiéndonos de un pabilo la
subimos hasta la ventana del baño y nos pudimos bañar (con manguera) en la
ducha. Esa misma operación la repetimos
el miércoles en la noche. El jueves nos
quedamos sin bañar porque tuvimos que salir y cuando volvimos ya estaba todo
demasiado oscuro para hacer la conexión de la manguera.
Pero lo mejor de todo fue ayer viernes. Como a eso de las 9 de la mañana, sintiéndome
absolutamente miserable decidí bañarme en el jardín con la manguera
pequeña. ¡Qué experiencia tan
maravillosa! ¡Totalmente hedonista! Rodeada de verdor, sentada en un murito de
piedras y bajo la mirada atenta y escrutadora de una guacharaca ¡me di el baño
de mi vida! Si la vida te da limones,
haz limonada! Ya tenemos luz, pero de
ahora en adelante voy a hacer de mis baños en el jardín un ritual. Es el antídoto perfecto a tanta patria y
tanta miseria. Descubrí que con las
horas, la oscurana ya no es sólo física, se hace también mental y sólo te
quedas sentado viendo al infinito totalmente desconectado de todo lo que te
rodea.
El murito de piedra y la manguera para mi baño hedonista |
Mi vista desde el baño! |
Me pasaban por la cabeza mil tuits que podría
haber escrito, pero que por miedo a quedarme sin pila de nuevo se me quedaban en
la punta de los dedos. Me martillaba la
angustia de la traducción sin hacer. Me
preguntaba aterrada qué pasaría cuando volviera la luz y mi casa que es una
anciana venerable recibiera de golpe la corriente y las aguas volvieran a
correr por las tuberías. Esta semana
dormí poco y mal. Estaba aterrorizada de
constatar en carne propia lo que es el horror de vivir en esta “patria bonita”
a merced de que alguien se apiadara de nosotros y nos arreglara la avería. Las excusas o razones que daba CorToelec eran
insólitas, por decir lo menos: “se necesita una bomba de achique; ya tenemos la
bomba, pero nos falta una grúa; se necesita una unidad “Vactor” y solamente hay
dos (nunca me atreví a preguntar si sólo habían dos en TODA Venezuela o en la
región capital, nada más); no tenemos cuadrillas; no han llegado los
materiales, no tenemos vehículo para transportar a la cuadrilla y los
materiales (me he debido ofrecer a buscar la cuadrilla y los materiales); hay
varios reclamos delante del suyo; hay otras regiones dentro del municipio sin
luz”. No me quiero NI imaginar qué
pasaría si viviéramos un desastre natural como el huracán Katrina o el
terremoto de Ecuador o el de Japón. Las
personas que atienden en CorToelec son de dos tipos: pensantes y robots. Las pensantes al menos hacen creer que están
averiguando qué pasa y algunas hasta muestran signos de piedad. Las robots sólo leen una cartilla y se
desprograman si les preguntas si alguna vez han estado 72, 80 o 90 horas sin
luz: se vuelven un amasijo balbuceante que busca frenéticamente en la cartilla
la respuesta correcta hasta que dicen “error 404” y cuelgan.
Les paso algunos tips de lo que deben hacer en
caso de una oscurana prolongada como la que vivimos:
·
Desenchufen
TODO, apaguen el hidroneumático.
·
Bajen
todos los breakers. Si se preguntan cómo van a saber cuándo llegue la
luz, seguramente habrá alguna luz en la calle que les de una idea.
·
Llenen
tobos y cualquier recipiente de agua.
Aprovechen que todavía las tuberías tienen algo de agua.
·
Si la nevera está en perfecto estado, la comida se mantiene
congelada hasta 48 horas. Luego de ese tiempo, se puede prolongar el frío
colocando una bolsa de hielo en el freezer. Ni se molesten en poner
bolsas de hielo abajo, el frío baja, no sube. Si quieren pueden poner
algo de hielo abajo, pero el grueso debe estar arriba (o donde tengan el
freezer). Calculen
una bolsa de hielo por día.
·
Es importante un cargador de batería para el carro. Yo tenía
que ir a casa de una amiga a dejar el celular cargando y me quedaba toda la
mañana o toda la tarde desconectada.
·
Tengan un radio a pilas a mano. Reconforta poder escuchar
que en otras partes la vida transcurre normalmente.
·
Traten de mantener el orden normal de las cosas: sirvan
desayuno, almuerzo y cena en la mesa puesta con su mantel, sus platos y vasos,
así lo que vayan a comer sean cachitos o pizza. Acuéstense y levántense a
la hora acostumbrada y sigan su vida como si nada. De ese modo habrá algo
“normal” dentro de la anormalidad general.
·
Tengan velas (muchas) y un encendedor/yesquero. Alrededor de
un paquete de velas medianas (4 ó 5 por paquete) por día. Las velas se
consumen increíblemente rápido.
·
Una linternita pequeña de esas tipo llavero resulta muy práctica.
·
Tengan palitos de incienso de Citronella para espantar los
mosquitos.
·
Es una buena idea preparar un kit con las velas, el yesquero, la
linterna, los palitos de incienso y el cargador para el carro como si se
tratara de un kit de primeros auxilios y pónganlo en un sitio de fácil acceso. De ese modo podrán tenerlo a mano, sobre todo
si la oscurana se presenta cuando no haya luz del día.
NO SE DEJEN APAGAR!
Desde aquí quiero agradecer públicamente a todas las personas que me
brindaron su solidaridad y que gentilmente pusieron sus baños, casas y cocinas
a mi orden. ¡Muchas gracias!
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