domingo, 10 de abril de 2016

De plastilina a pintura de uñas



Gracias a los buenos oficios de Pichu que tuvo la brillante idea de armar un grupo de WhatsApp para reunir a la flamante promoción Merici X, estoy reconectada con un pedazo importante de mi vida: ¡mi etapa de crecimiento desde los 4 hasta los 17 años!

Mis compañeras son todas profesionales exitosísimas, muchas de ellas abuelas orgullosas, de esas que a la menor provocación te muestran como 100 fotos de cada nieto y te explican con detalle los avances, aventuras y maravillas de esa nueva etapa de sus vidas, relamiéndose de gusto.
No obstante, el detonante para escribir este post no son los éxitos profesionales o familiares de mis compañeras, sino mis sentimientos al compartir con ellas ayer en un desayuno de esos donde la mesa casi cruje de todos los manjares que contenía.

Todas hemos tenido una vida de colcha de retazos, con sus pedacitos lindos y sus pedacitos no-tan-lindos, pero al volver a estar juntas, regresamos a los 4, 7, 10, 12, 15 o 17 años de edad y retomamos las conversaciones exactamente en el punto en la que las dejamos sin siquiera parpadear.

¡Es bonito reconectarse con la niña interior, esa que se me sale a cada minuto y a la que tengo que estar regañando para que entre y no me deje ante el mundo como una absoluta boba! 

Es bonito reconectarse con los proyectos, ilusiones y alegrías de antes.

Es bonito saber que no estoy sola en este barco, que somos muchas y muy queridas que estamos remando...

En un país donde hay ruina por doquier, ayer quedé suspendida en una burbuja de amistad durante un par de horas.  Me olvidé que pocas cuadras más abajo de donde estábamos había una enorme cola frente a un automercado.  Me olvidé que no pude llevar una de mis “especialidades” porque no tenía mantequilla ni azúcar.  Me olvidé de mi batalla diaria para subsistir con dignidad en un país manejado por un chofer de autobús.


¡Desde aquí quiero agradecer a Pichu, artífice del chat de WhatsApp y a Anacoco, gentil anfitriona junto a su perro Turrón, que me devolvieron un poquito de alegría en tiempos tan turbulentos!

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