Le había sacado el cuerpo a escribir esta entrada porque los
sollozos se me quedaban pegados en la garganta y los dedos…
Mi muy querida amiga y colega María Elena Pardi me solucionó
el problema enviándome una carta escrita por ella, como madre y abuela.
¿Qué mejor manera de homenajear a estos nuevos héroes que con
una carta escrita por una mamá y una abuela, que bien podría ser la de ellos?
Estos son los caídos entre el 12 y el 24 de febrero del 2014, pero faltan muchos más.
Al final coloqué el link del mensaje de los
estudiantes a la nación.
Esta fue la nota que me escribió María Elena
cuando me adjuntó su carta:
Querida amiga: Has guardado para nosotros la
memoria de nuestros días de esperanza. Has tendido un puente de Historia,
cuando todo queda a la deriva como trova, para que nunca más olvidemos y
encontrar allí los sueños que perseguimos.
Envía por mi una nota a esos valientes
jóvenes....diles que hoy mis ojos brillan.
A LOS
JÓVENES LIBERTARIOS VENEZOLANOS
CARTA DE UNA
MADRE-ABUELA VENEZOLANA
Queridos
hijos:
Tal
vez no han escuchado con suficiente fuerza….GRACIAS! Es que hasta hace poco estaba yo muy débil y de repente he
pensado que muchas cosas no se las he dicho. pero GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS porque hoy les debo mi nueva juventud. Puedo
soñar junto a ustedes!
He
luchado desde que nacieron para que tuvieran alimento, techo, moral y luces…y
un librito de Carreño para ser gentiles. Soñamos con un mundo mejor que el
nuestro para ustedes, pero tal vez no vimos a tiempo el regalo que Dios nos dio
al ser venezolanos. Cuánta riqueza que no se cuenta en monedas! Tenemos
tierras… tantas que no vemos el horizonte, ríos que bañan con sus aguas frescas
los pastos, montañas desde donde mirar las nubes a nuestros pies, un sol
maravilloso que dora la piel y fortalece al recién nacido, una luna inmensa que
inicia el año, mares inmensos abiertos al universo y un corazón confiado que
late en nuestro pueblo. Bendita Venezuela,
la consentida de Dios.
Pero
nos descuidamos y no nos dimos cuenta que por descuido, dejamos la puerta del
frente abierta. Y entró en nuestro hogar alguien que no fue invitado y creyó
que podía disponer de todo.
Cuando
ya cansada de luchar, y de esperar inútilmente a que alguien con genio, magia o
mando escuche lo que nuestros hijos necesitan para crecer como hombres de bien…DE REPENTE se escucharon los alborotos.
Y LLEGARON USTEDES para renovar
nuestro espíritu!!!! Para despertar con su autenticidad y energía aquellos
cerebros pasmados por la hambruna y pensamientos ajenos traídos de otros lares.
Para despertar al mundo y decirles…nos bastamos para reclamar nuestra bandera,
nuestras estrellas, nuestra identidad.
Si
siento miedo por ustedes, la Coromoto me presta su manto para que sea escudo.
Si
me ahogan los gases lacrimógenos, esas son las nubes donde habita el Ángel de
la Guarda.
Si
suenan las armas…Dios enciende el Relámpago del Catatumbo y disipa el temor.
Si
hay incendio….el Salto Ángel lo apaga en un instante.
Y si TÚ TIENES MIEDO,
toma un poco de la tierra que pisas en la mano y cuando la humedece tus
lágrimas o la sangre de un amigo, tendrás el olor de la tierra fértil que te
espera.
Lucha,
que yo ya vieja, dejaré tranquila a una nueva Venezuela en las manos de hombres
valientes para defenderla y mujeres que llevan en sus entrañas a los hijos de
nuestra bella y querida Venezuela. Esas serán las estrellas que nos guiarán
hacia la paz.
Hoy,
con la energía auténtica que me nace del ejemplo que dan los hijos de Venezuela,
sin temores y con voz de trueno, le grito al mundo….Venezuela está asegurada. Venezuela
tiene soñadores que quieren un juego limpio. Que no hay Goliat que pueda con un
joven David nacido en Venezuela. Que hoy son ustedes
nuestra corona de flores.
Dios y la Virgen de Coromoto los
acompañan y San Miguel los escuda.
Yo guardaré para ustedes un baúl de
recuerdos, de cuentos bonitos, la memoria de sus luchas…y una medalla de oro
por cada héroe venezolano.
Gracias mi Dios por los hijos y nietos
venezolanos.
¿Cómo comentar con este nudo en la garganta? María Elena, gracias por tus magníficas palabras y el mensaje que envías -como bien dices- a nuestros hijos... Eres la vocera de tantas madres...
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